Formas reducidas y fuerza sensible. Aníbal Merlo en la Galería Lendl



Harald Jurkovic,
Neue Zeit, Graz, 1991

Sus cuadros, que pueden verse en la Galería Lendl, calle Gleiesdorfer 4 de Graz, tienen títulos tales como “Abismo y horizonte”, “Aguas subterráneas” o “Nube pasajera”. Al mismo tiempo, sólo con cierta reserva se puede hablar de ellos como paisajes.

El pintor Aníbal Merlo, nacido en Buenos Aires en 1949 y residente en España desde 1974, practica la pintura como una reducción consecuente, y eso desde varios puntos de vista. Primero, en los colores, que rara vez se alejan del ámbito del claroscuro, aunque muestran sombras y matices delicadísimos.

Luego, en su estructura formal; que se reduce a unas formas básicamente sencillas, pero sin caer en una geometricidad rígida.

Frente a esa reducción, se observa un refinamiento máximo de los medios aplicados, entre los que juegan su papel elelementos tales como el collage y la cera. Los medios no son de ninguna manera un fin, sino que siempre están al servicio de un resultado determinado con precisión. En última instancia, se puede inscribir a éste como el intento de sintetizar el espacio exterior con el interior, es decir con el espacio en el cual están localizados la imaginación y los sentimientos del artista.

Puede ocurrir que aparezca una nube en forma de rectángulo negro ( ganando así tanto en intensidad y precisión formal como en capacidad amenazadora latente) o que el horizonte se manifieste como una fina línea azul, en cuya fragilidad confluyen la añoranza y la inaccesibilidad. Pero no se trata aquí solamente de la evocación poética sino también de la transformación de conceptos en metáforas sensibles, como indican algunos títulos (La huida. La promesa). También en eso el artista consigue unas soluciones convincentes, gracias a su sensibilidad y energía.



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